Saber amar (continuación) 

Después de mi fracasó amoroso de secundaria nada pareció mejorar.  Al terminar esa etapa de mi vida por cuestiones económicas tuve que entrar a trabajar para así poder financiar mis próximos estudios, así que el amor pasó a un plano muy lejano para mi pues tenía que concentrarme en algo más importante. Todo eso me hizo madurar expresamente al lado de gente de mayor edad, tomaba aquello que me parecía importante de todos, pero muy en el fondo seguí siendo la niña que tanto deseaba amar y ser amada. La idea de enamorarme, casarme y tener una familia seguía muy clavada en mi. 

De los 15 a los 19 años solo fui trabajo, sumergida en la rutina (casa, trabajo, escuela, casa..) desheche la posibilidad de encontrar un compañero pues me haría perder el tiempo y me distraería para llegar a mi meta. Me hice algo así como «anti-amor», aunque solo de pareja porque en cuanto amor de familia, amigos… me sentía completa. 

Ningún momento y vivencia es un mal gasto en la vida y he disfrutado mucho de todo lo que se me ha presentado. 

Pero regresando al tema, un día cualquiera una de mis mejores amigas tuvo la grandiosa idea de pasarme el número de uno de sus amigos y viceversa para que pudiéramos conocernos ya que según ella haríamos la pareja perfecta. Me pareció una tontería, ¡buah! ni que fuera tan sonsa como para no poder encontrar a alguien por mi propia habilidad. Aún así respondí cuando me llegó el primer mensaje, tampoco sería grosera. Empezamos con lo básico que uno pregunta cuando conoce a alguien: «nombre, edad, color/comida/pasatiempo/lugar favorito, tipo de películas…» y después de unos días era común despertar con un mensaje de buenos días, cosa que se apreciaba mucho y más en ese tiempo en los que la tecnología aún no hacía su gran aparición y un mensaje te costaba dinerito. Por las tardes se fue haciendo costumbre conectarnos por messenger y chatear, pasados los meses creamos un bonito lazo y nos llegamos a conocer bastante aún cuando nunca nos hubiésemos visto en persona. La única imagen que tenía de él físicamente era por sus fotografías, así yo 7 meses después de ese primer mensaje deseando conocerle y fantaseando por lo linda que sería nuestra historia de amor. Pero no se daba, no lográbamos coincidir en fechas hasta un buen día, creo que no pudo haber sido en otra mejor fecha pues al fin lo conocí físicamente en la fiesta de graduación de mi amiga.

Solo de recordar lo mágico de esa noche me da emoción. Imagínate, la recepción estilo Hollywood, las chicas en relucientes vestidos y ellos en trajes y corbata, la música lenta… de pronto vi a mi amiga caminar apresurada sin poder contener su alegría, pedirme que cerrara los ojos y bum! ahí estaba él, era tal como lo había imaginado (un poco más bajo solamente), me sonrió y puedo jurar que sentí el piso moverse. Ella nos dejó para que hablásemos solos, que mágica noche. Bailamos, reímos, conversamos hasta que la noche termino, fue perfecto. Mientras íbamos en el coche camino a casa no podía dejar de agradecer a Dios por tan bonita noche, sentía sus manos temblorosas rozar las mías y cuando por fin se juntaron una ráfaga de electricidad recorrió mi cuerpo. Sentí que el inicio de mi por fin historia de amor era con él!!

Pero no fue así… 

Esperaba verlo nuevamente en los días próximos pero solo no lo hacíamos, mi urgencia pareció asustarle y por un tiempo los mensajes fueron cesando hasta que me di por vencida y decidí seguir en el mismo tono que al principio, total ya había aprendido bastante bien el estar «sola» y enfocarme en otras cosas que no fueran esas tonterías de amor. Él parecía querer intentar una relación y a la vez no, me confundía bastante y hubo un tiempo en el que tanto «si, no, si pero mejor no» me entristecía mucho. Yo trataba de ya no tocar ese tema para así poder quedar como los buenos amigos que los mensajes y chats habían logrado hacernos pero el no cooperaba mucho porque según estaba completamente enamorado de mi, vaya! siempre había esperado que alguien me dijera eso y ahora que lo hacía no sentía nada más que querer salir ya de esa situación que no estaba yendo a ningún lado. Traté de hacer que la amistad siguiera así que un día me decidí y le escribí un mensaje dándole mis razones para dejar esto antes de que nos lastimáramos. Lo acepto y durante un tiempo no supe más de él, pero oh sorpresa Facebook hizo su gran aparición en la vida de muchos incluyendo la nuestra y claro ahora sabia de él, de su vida y si, de su novia. Al ver todo esa información en su «muro» descubrí que no era el que lo nuestro no fuera a funcionar lo que me hizo decirle eso sino que era mi miedo a salir lastimada y al ver eso realmente lo entendí. 

Que manía la nuestra de visualizar los peores escenarios para la propia felicidad y su final. Huyendo de todo aquello que nos provoca ser felices por el miedo al dolor cuando ya no este. 

Con él aprendí que sino arriesgas no sabrás lo maravilloso que puede traerte una aventura. 

Llamémoslo O, a ti quiero darte las gracias por hacerme sentir especial en medio de tanta locura qué hay en la sociedad. Gracias por los bonitos ratos que tus mensajes me hacían tener… y por si nunca lo dije: estuve encantada de conocerte.  

Tengo ganas….

Tengo ganas….

¿Has sentido alguna vez esas ganas de abrazar con fuerza a alguien? 

Ganas de recargarte en el hombro de alguien y solo estar a su lado. 

Tengo ganas de tomar a alguien de la mano, caminar, bailar, correr; que se yo! Solo tomar su mano. 

Tengo ganas de compartir mis tardes al lado de alguien. Tengo ganas de escuchar una canción y que me recuerde a esa persona. 

Tengo mil besos y caricias guardadas, tengo tiempo y espacio para pasarlo en su compañía. 

Tengo ganas de ver a los ojos a alguien y verme en ellos, sonreír con su llegada.

Tengo ganas de ilusionarme con una llamada o un mensaje 

Tengo ganas de sentir mi corazón acelerarse al escuchar la voz de alguien.

Tengo ganas de buscar su rostro entre la gente, ansiosa de verle y correr a sus brazos. 

Tengo ganas de enamorarme, de amar, tengo ganas de compartir mi amor con alguien. 

Tengo tantos sueños y tantas ganas de vivirlos junto a alguien.

Solo llama

«Y si puedes, y también quieres, ven por mí al finalizar tus labores. Estaré donde siempre, esperando que llegues…» 

¿Qué palabras usar que te hagan pensar en mi? 

Quisiera que un día cualquiera me llamases porque pase por tu mente o tal vez porque ya habría pasado mucho sin escuchar mi voz, seguro que tú estarías en mi cabeza y mis oídos desearían escuchar tu voz en ese momento, así que anda ¡llama! 

Tengo miles de abrazos que puedo dosificar a tu petición, hay un montón ideas escritas en mis notas sobre un domingo perfecto a tu lado (aunque solo estar contigo lo haría perfecto), puedo prepararte el café y llevártelo a la cama. También tengo una vida, tiempo y espacio para acompañarte a donde gustes, puedo ser tu cómplice en cualquier locura, fiel compañera. 

Solo llama, o mejor, ven por mí al finalizar tus labores, podemos sentarnos y contemplar la noche mientras te platico lo bonito que sería hacer eso todos los días, llevaría fresas y un poco de té. 

¿Te imaginas: tu, la luna, las estrellas y yo? Que magia, que placer sería. 

¡Solo llama!

Viridiana Molina, julio 2016.

¿Cómo eres?

Te imagino caminando hacia mi, tropezando de a poco pero seguro de poder llegar.

Te imagino sonriendo al verme, reconociendo mi rostro de entre los demás. 

Te imagino abrazándome fuertemente, con las ganas de todo el tiempo que nos hemos esperado.

Te imagino tomándome la mano, con la convicción de no soltarme nunca.

Te imagino besándome intensamente, tan intenso capaz de provocar un incendió alrededor.

Te imagino junto a mí, siempre a mi lado. 

Te imagino siendo real, no solo una imagen creada por mis ilusiones de vivir el amor compartiendo cada detalle de el.

Te imagino…

Te pienso…

Te deseo…

Te espero… No tardes. 


Viridiana Molina, junio 2016.

En otra vida

En otra vida

Tal vez en otra vida volvamos a encontrarnos, menos tontos, más dispuestos, sin corazones rotos.

Tal vez en otra vida sea yo tu primer amor y no el segundo que te da miedo, pues te lastimaron cruelmente. 

Tal vez en otra vida seas tú quien venga a rescatarme y conquiste mi corazón. 

Tal vez en otra vida vivamos todos esos sueños que teníamos. 

Tal vez en otra vida seas tú mi refugio 

Tal vez en otra vida sea yo el motivo de tu sonrisa. 

Tal vez en otra vida… Y aquí por el momento, en esta vida te agradezco los días compartidos, las risas, el hacerme ver que aún después del peor rompimiento se puede volver a creer. 

Tal vez en otra vida seamos tú y yo. 

Tú, en partes. (Tus manos) 

Tú, en partes. (Tus manos) 

Y es que son tus manos la cura perfecta para mis noches de insomnio, perfectas para mis ganas de amarte y hacerte mío sin control. 

Y no es que sean las manos más hermosas del mundo, ni mucho menos las más cuidadas, pero encajan también a mi cuerpo que parece que hacen magia al mínimo roce.

Y son tus manos las que me elevan al cielo y al mismo tiempo me mantienen bien puesta en la tierra. Me cuentan historias, me escriben unas cuantas y me invitan a unirme a la poesía, a bailar al son de las rimas, de los versos y crear estrofas, párrafos cargados de pasión. Escribir ensayos, repasarlos y llevarlos a la práctica. Ser los protagonistas de esta historia escrita al ritmo de tus manos en mi piel. 

No entiendo como nadie les había puesto atención antes, como podrían haberlas tomado como si fuesen un accesorio más. ¿Cómo alguien pudo haber dado por común una caricia de ellas?  ¿Cómo desaprovechar la oportunidad de ser tocada por esas manos? 

Paz y revuelo, ganas de gritar, que todos escuchen: ¡Que son tus manos mis favoritas! ¡Qué son tus manos medicina para mi alma! ¡Qué son tus manos mi energía! 

Que de tus manos me quiero sostener…. Son tus manos, nada me gusta más. 

Viridiana Molina, mayo 2016

Estrella fugaz

Rotos de corazón, nos topamos en un momento tal vez equivocado, tal vez correcto. 

Equivocado para nuestras ganas de amar, de abrazarnos, de vernos y sentirnos.

Correcto para mostrarle a nuestro miedo que aún podemos disfrutar de estas cosas tan llenas de ilusiones.

Equivocado para nuestros cuerpos urgidos de pasión, de deseo.

Correcto para nuestro rechazo a sentirnos débiles por la atracción mutua. 

Equivocado para tus ganas de demostrarme lo que un hombre es capaz de hacer para conquistar a una mujer.

Correcto para tu desconfianza y usar tu conquista como ataque e intimidarme. 

Equivocado para mis letras enamoradas de ti, dispuestas a hacerte su inspiración. 

Correcto para mi temor de salir lastimada e intentar a toda costa no dejarte entrar a mi vida. 

La verdad es que aquella noche todas las estrellas fugaces usaron su magia a mi favor, me consedieron el deseo de tenerte entre mis brazos, de besarte sin medida, de tocarte sin límites y poder verme en tus ojos, acompañados con una sonrisa y un «me vuelves loco». A ser sincera solo pedí una noche por miedo a ser correspondida y quisieras quedarte. En el fondo, todo mi ser grita por ti.

  
Y es que al alejarte te pido que te quedes, te pediré en deseo, te pediré estrella fugaz. 

Viridiana Molina, mayo 2016.

Así que te extrañe, extrañe, no. Bueno, sí y mucho…

Así que te extrañe, extrañe, no. Bueno, sí y mucho…

Hoy después de una amena plática con un buen amigo acerca de las distintas formas de extrañar llegue a esta conclusión: te extraño en manera egoísta y en manera pura. 

Egoístamente te extraño por lo que me hacías sentir y por lo tanto, lo que YO era a tu lado. Vaya, qué sacabas lo mejor de mí a la luz. Extraño salir sonriente en las fotos y con ese brillo especial en mis ojos, el secreto eran tus besos. Extraño el sonido de mi risa por tus chistes tontos, y de los cuales me seguía riendo a lo largo del día provocando que la gente me viera como diciendo «esta loca, que?». Extraño lucirme en mi vestimenta para que me dijeras «wow, tengo a la mujer más hermosa del universo». Egoístamente extraño como me sentía y todo lo que era a tu lado. 

Y te extraño en manera pura, desde el alma. Extraño tus ojos y la manera en que me guiñabas y sonreías. Extraño tus abrazos y todo ese amor que transmites. Extraño despertar a tu lado y saber que estoy en el lugar correcto. Extraño tus caricias para ayudarme a dormir. Extraño tu entereza para salir siempre adelante «eres mi fortaleza, love». Extraño la magia de tu sonrisa y la paz que emanas al hablar. Extraño tus sueños. Extraño el latido de tu corazón y su seguridad. Extraño tus manos. De manera pura estarás siempre en mi corazón, te amare siempre. Alza tu vuelo, amor! 

Después de esta conclusión me topé con este mensaje que me enviaste esa vez que ¡Dios, que drama el mío! 

Sé que la vida no es fácil y es muy larga de recorrer. Se que a veces hay pesares que llegan hasta el alma y más profundo, pero te pido que no dejes que una pena se robe tu sonrisa, pues sufriendo no consigues nada, solo te haces daño a ti misma. Por eso te digo: si la vida te golpea, se fuerte; Si el destino te traiciona, resiste; Y nunca, nunca bajes la mirada. Puedes pensar que decirlo es fácil, que nadie comprende lo que te pasa y te voy a contradecir, hay muchas personas junto a ti que darían todo y mucho más, solo por verte feliz. Por eso te pido: abre tus alas y reinicia el vuelo, no te quedes varada en el suelo, recuerda que mañana será un nuevo día; olvida tus penas y sonríe, my Love

Y más que nada y ante todo, te extraño con el alma, de una forma tan pura como lo es tu sonrisa. 
Viridiana Molina.2016

Lo primero que escribí para ti

Hoy mientras limpiaba la bandeja de entrada del correo me topé con ese mail «Historial de WhatsApp con…» sentí mi corazón detenerse por un segundo. No pude evitar ponerme a leer y así revivir cada detalle de esa bella aventura que tuve el placer de vivir a tu lado. 

Y encontré eso que una vez escribí por y para ti, lo primero que llegue a escribirte… 

Hay momentos en los que te pienso y te extraño, momentos en los que solo tú ocupas mi mente, momentos en los que te siento cerca, cierro mis ojos y quisiera tocarte. Momentos en los que estoy a tu lado y disfruto tu presencia, tu aroma, tu voz, tus besos, tus abrazos, tus ojos, tu sonrisa y la magia que tienes de hacerme sentir feliz, completa, segura, amada…Tu presencia en mi vida cambio todo, soy mejor persona, es como si mi vida partiera de ti. Tu me complementas, me llenas. Jamás imagine que podía vivir esto con alguien, y ahora estas tu y todo tiene sentido. Te quiero por muchas cosas y viviré agradecida con el universo por ponerte justo ahí, en el momento perfecto. No paras de hacer que cada día te quiera más, incluso aunque no estés físicamente conmigo cierro los ojos y te siento, sonrío y mi día es el mejorEres mi hogar, mi universo, las únicas manos que despiertan mi piel y mi alma, los únicos ojos que me hacen sentir segura, los únicos besos que me hacen sentir en la luna, los únicos abrazos que me dan protección. Te amare por siempre, inmensamente, con locura. Gracias por existir, prometo estar, apoyarte, amarte, respetarte y nunca dejarte. Todo es mejor desde que estas tu a mi lado, tomándome de la mano, se que esto es eterno. Te amo por siempre amor. 

Ni el tiempo ni la distancia hacen que deje de pensarte. 

Ni en la distancia estas separado de mi. Vuelve ya, te extraño! 

 
Viridiana Molina. 2016

Agendemos, por favor.

Agendemos, por favor.

Tocarte con el alma

Sentir tu esencia en mi piel penetrando cada poro, llenándome de ti

Verte a la luz de la vida, proyectando todos mis deseos en ti

Decirte que te amo sin pronunciar palabra alguna, haciéndote sentir cada vibra de mí ser

Abrazarte con la fuerza de todos estos “te extraño” sentidos a cada segundo del día, con cada latido del corazón, con cada respiro que me mantiene viva.

¿Cómo decir Te amo cuando todo deja de tener sentido mientras pienso en tu mirada? ¿Cómo hacerte ver la urgencia de mi alma por amarte?

¿Cómo pedirte, mi vida, vuelvas a mi?

¿Cómo soporto este no tenerte, este no verte, este no tocarte?

Dime, vida, las palabras que te hagan regresar. Déjalas escritas en algún lugar; te regalo mi piel para que en ella lo hagas, te entrego mi alma para que en ella las plasmes. Vida mía, vuelve a mí.

Hagamos de cuenta que nunca te fuiste, hagamos como si el corazón no se hubiese roto nunca. Ven y hablemos de las tempestades de estar separados, hablemos de esta maldita distancia, absurda y loca distancia que me mata de a poco, con cada parpadeo.

Recordemos la magia de nuestras manos entrelazadas, de nuestros cuerpos al mismo latido.

Recuerdos de una bella aventura, te extraño, te anhelo, te pienso, te sueño y te amo a diario.

Dime mi vida mía ¿Cuándo es que volverás? ¿Cuánto más te espero?

Agendemos nuestro próximo encuentro que ansiosa de besarte estoy.

   
Viridiana Molina. 2016